Balleneros japoneses militarizan aguas antárticas
FLOTA
BALLENERA JAPONESA MILITARIZA AGUAS ANTÁRTICAS ANTE EL RECHAZO DE PAÍSES
LATINOAMERICANOS
Las operaciones de caza de Japón en aguas
Antárticas tensiona aspectos tan claves para los países latinoamericanos como
son la mantención de este continente como zona de paz, dedicada a la ciencia y
a la cooperación internacional, así como el respeto de los derechos e intereses
regionales. Por ello el GBA debe implementar decididas acciones diplomáticas,
en concordancia con las graves implicancias que tienen las políticas de 'hechos
consumados' de la ahora militarizada industria ballenera nipona.
Santiago de Chile , 09 de diciembre de 2011. (Radio del Mar)--
Organizaciones ciudadanas y paises latinoamericanos que integran el llamado
Grupo de Buenos Aires (GBA), rechazaron esta semana el inicio de las
operaciones de caza de ballenas que Japón realizará en aguas antarticas durante
este verano austral y exhortaron al gobierno nipon a poner fin a esta
operaciones "científicas".
En una comunicado público los Gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia,
Chile, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Perú, República Dominicana y
Uruguay, países miembros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) e
integrantes del GBA, hicieron "público su más firme rechazo a la
continuada caza de ballenas, incluidas especies clasificadas como amenazadas,
en el Santuario de Ballenas del Océano Austral".
De esta forma el GBA reafirmó "su compromiso con la conservación de
las ballenas, el mantenimiento de la moratoria comercial en vigencia desde
1986, la promoción del uso no letal del recurso y el respeto a la integridad de
los santuarios balleneros reconocidos por la CBI".
Los países latinoamericanos además exhortaron "al Gobierno del
Japón a poner fin a la caza científica que realiza en un santuario que fue
establecido por la CBI precisamente con el objetivo de proteger a las ballenas".
Los Gobiernos del GBA consideran también que "la continuación de
aquellas capturas realizadas año tras año, a pesar del rechazo de la comunidad
internacional, no contribuye a mantener el ambiente de confianza que propicie
un diálogo constructivo en el seno de la CBI, único foro multilateral que
reconocen para el manejo y la conservación de las ballenas".
Secretismo ballenero
Tres embarcaciones lideradas por el Yushin-Maru de 720 toneladas,
zarparon este lunes del puerto de Shimonoseki en misión oficial para
desarrollar actividades de "caza científica" en aguas Antárticas. La
Agencia de Pesca de Japón declinó confirmar dicha información. "En
consideración a la seguridad, no podemos hacer público la partida de nuestra
flota y su plan operacional", señaló Shinji Hiruma, un oficial de la
agencia de pesca a la AFP.
La flota ballenera japonesa tiene como objetivo cazar
"cientificamente" esta temporada alrededor de 900 ballenas minke y de
aleta, de acuerdo con el plan que el gobierno de Japón envió a la Comisión
Ballenera internacional.
La caza comercial de ballenas se encuentra prohibida desde 1986, por lo
cual la flota cazadora nipona utiliza un resquicio legal que le permite la
realización de capturas mediante la denominada investigación letal con fines
científicos.
En Febrero pasado, Japón debió abandonar en forma sorpresiva y
anticipada la temporada de caza 2010-2011, con sólo la mitad de las capturas
planeadas. De esto el gobierno japonés responsabilizó a las interferencias
generadas por la organización ambientalista norteamericana Sea Shepherd.
Por su parte las organizaciones ambientalistas han denunciado que el
gobierno de Japón gastó 2,28 billones de yenes ($30 millones de dólares)
extras, sobre los $10 millones de dólares que normalmente utiliza, para
entregar apoyo a esta obsoleta flota industrial.
Militarización y aumento de la conflictividad en la Antartica
El gobierno japonés ha anunciado la presencia de miembros de su guardia
costera en las embarcaciones de la flota ballenera como respuesta a la denodada
oposición que desarrollan las naves de la organización ecologista Sea Sepherd.
Esto ha significado una creciente preocupación de los países
latinoamericanos con intereses y responsabilidades en la Antártica, ya que el
Tratado Antártico prohibe la presencia de personal militar armado en este
continente dedicado a la paz, la investigación científica y la cooperación
internacional.
"Hemos decidido fortalecer las medidas de seguridad como nunca
antes" declaró un oficial de la guardia costera, mientras evitaba entregar
antecedentes sobre los barcos y el tipo de equipamiento que portarán.
Por su parte el senador australiano Bob Brown, se reunió con la Sociedad
de Conservación Sea Shepherd en Hobart, comunicándole que había consultado a la
primer ministra Julia Gillard sobre el envío de una nave de guerra a monitorear
el conflicto
"Sabemos que el gobierno japonés esta enviando una patrullera de su
Agencia Pesquera para fortalecer la protección de sus barcos balleneros que
cazan ilegalmente ballenas en aguas territoriales australianas" indicó el
senador Brown.
Por su parte el capitan Paul Watson de Sea Shepherd acusó a Japón de
utilizar fondos destinados a paliar los efectos del tsunami para pagar la
protección extra de la flota ballenera.
Complicados recuerdos
El zarpe de la flota japonesa ballenera hacia la Antartica coincidió con
la conmemoración del 70 aniversario del ataque sorpresa contra la base de Pearl
Habor, lo que motivó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra
Mundial.
El 7 de diciembre de 1941 los aviones japoneses que operaban desde una
flota de portaviones, bombardearon y ametrallaron la estación naval y militar
de EE.UU. en Hawaii, en un ataque en el cual murieron más de 3.500
estadounidenses. Al finalizar la guerra, Japón había perdido más de 2,1
millones de soldados y casi un millón de civiles murieron en dicho conflicto.
organizaciones ciudadanas
Frente a esta situación que amenaza con aumentar la conflictividad en el
continente Antartico, la organización chilena Centro de Conservación Cetácea,
señaló que "ante las constantes violaciones del gobierno de Japón a la
moratoria sobre la caza comercial, el santuario de ballenas del Océano Austral
y reciente envío de personal y/o elementos de la Guardia Costera nipona a la
zona del Tratado Antártico para 'defender' la flota ballenera, los gobiernos
conservacionistas - y especialmente aquellos con intereses directos en la
Antártica como Chile- tienen la obligación de condenar enérgicamente al
gobierno de japonés y trabajar junto a los países de la región (Grupo Buenos
Aires) para erradicar definitivamente estas operaciones balleneras".
"Por otra parte deseamos reiterar nuestro apoyo a la ciudadanía
japonesa, que se opuso rotundamente a la utilización de fondos públicos
destinados originalmente a la reconstrucción del país en financiar una
expedición que empeora la ya deteriorada imagen del gobierno japonés y sienta
un precedente muy negativo para la paz en la zona del Tratado Antártico",
dijo CCC.
A su vez , el director del Centro Ecoceanos, Juan Carlos Cárdenas,
indicó que "las operaciones de caza de Japón en aguas Antárticas tensiona
aspectos tan claves para los países latinoamericanos como son la mantención de
este continente como zona de paz, dedicada a la ciencia y a la cooperación
internacional, así como el respeto de los derechos e intereses regionales. Por
ello el GBA debe implementar decididas acciones diplomáticas, en concordancia
con las graves implicancias que tienen las políticas de 'hechos consumados' de
la ahora militarizada industria ballenera nipona".
"Hacemos un llamado a las organizaciones de la sociedad civil japonesa
a unirse con sus pares latinoamericanos para la mantención de la paz en la
Antártica, así como la eliminación de la obsoleta caza comercial de ballenas
que utilliza subsidios estatales y le expropia valiosos recursos financieros a
la sociedad japonesa, los que estaban destinados a mitigar los efectos del
último terremoto y tsunami", señalo el director de Ecoceanos.
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