EEUU - ¿Etiquetar o no etiquetar a los alimentos transgénicos en California?
La Propuesta 37
podría no ser aprobada debido a que estas “las mayores empresas de pesticidas y
de comida chatarra del mundo han gastado 40 millones de dólares en bombardear a
California en una campaña que se basa en engaños y mentiras. Sus publicidades
muestran una mentira tras otra y no son cuestionadas por los medios”. Las
campañas publicitarias son ingeniosas y están por todas partes. Sugieren que la
ley de etiquetado está mal redactada, que provocará más burocracia, aumentará
el costo de los alimentos y generará una lluvia de demandas sin sentido.
Por: Amy Goodman
Democracy Now
28 de octubre de 2012
“Lo que para unos es
comida, para otros es amargo veneno”, Lucrecio, poeta romano (99 AC-55AC)
Si California fuera
un país, con su población de casi 40 millones de habitantes, estaría entre los
30 países más poblados del planeta. El impacto económico, político y cultural
de California en el resto de Estados Unidos es enorme. Es por este motivo que
iniciativas ciudadanas que son sometidas a referéndum allí y su legislación
estatal, para el caso, tienen tanta importancia. De las 11 iniciativas
presentadas al electorado de California en 2012, probablemente la que concite
mayor atención sea la Propuesta 37 acerca del etiquetado de alimentos que
contienen organismos genéticamente modificados (OGM). La aprobación o no de
este proyecto de ley tendrá un efecto considerable en cómo se organiza el
sistema alimentario del país, ya sea al favorecer a pequeños productores
orgánicos locales (si se aprueba), o al permitir una mayor expansión del
agronegocio de las grandes empresas (si no es aprobado).
La propuesta es
sencilla. La guía oficial para los votantes de California resume la Propuesta
37 de la siguiente manera: “Exige el etiquetado de los alimentos vendidos a
consumidores, que son producidos a partir de plantas o animales con materiales
genéticos modificados en formas específicas. Prohíbe la comercialización como
'naturales' de dichos alimentos o de otros alimentos procesados. Dispone
exenciones”. Se recolectaron más de un millón de firmas para lograr que la
iniciativa sea sometida a votación.
El grupo que promueve
el proyecto de ley, Sí a la Propuesta 37, logró miles de adhesiones de grupos
de defensa de la salud, del interés público, de los consumidores y de la
agricultura y los alimentos, entre otros. La portavoz de la Propuesta 37, Stacy
Malkan, defensora de la salud ambiental de larga trayectoria, me dijo: “La
Propuesta 37 es muy simple. Se trata de nuestro derecho a saber qué hay en los
alimentos que comemos y con los que alimentamos a nuestras familias. Se trata
de nuestro derecho a decidir si queremos comer alimentos que han sido alterados
en forma considerable a nivel genético por empresas como Monsanto, que
contienen bacterias, virus y genes extraños que nunca antes han estado
presentes en el sistema alimenticio. Se ha ocultado la ingeniería genética a
los consumidores estadounidenses durante dos décadas. Otros sesenta y un países
exigen leyes de etiquetado, pero nosotros no hemos logrado que se apruebe el
etiquetado aquí debido a la gran influencia de Monsanto y de las empresas
químicas. De modo que lo que está sucediendo en California es que un movimiento
de base se ha alzado para exigir el etiquetado”.
El periodista Michael
Pollan es un peso pesado en el sector de la alimentación. Ha publicado varios
libros que son éxito de ventas como “La botánica del deseo”, “El dilema del
omnívoro”, “En defensa de la comida”, “Las reglas de la alimentación: manual
para comer” y su más reciente libro, de próxima publicación: “Cooked: A Natural
History of Transformation”. Fui a entrevistarlo a Berkely, donde es parte del
cuerpo docente de la Facultad de Periodismo de la Universidad de California,
Berkeley. Pollan apoya la Propuesta 37 y me explicó sus motivos:
“Está sucediendo algo
muy interesante en torno a los alimentos en nuestro país. Hay un movimiento. Es
posible verlo en los mercados de productores, en el tipo de conversación que
tenemos en los medios acerca de los alimentos. La gente se está comenzando a
interesar mucho en saber de dónde vienen sus alimentos, cómo fueron producidos,
y está tratando de 'votar con su tenedor', como dice la consigna, a favor del
tipo de alimentos que apoya sus valores, el tipo de alimentos que consideran
más saludables o ambientalmente sustentables. Este movimiento representa una
gran amenaza para las grandes empresas de alimentos, que preferirían que no
pensáramos acerca de cómo se producen los alimentos que consumimos porque a
menudo no es una imagen muy bonita”.
Para Pollan, la
ciencia aún no es clara acerca de si los alimentos genéticamente modificados
representan riesgos para la salud. “Si bien es cierto que los organismos
genéticamente modificados fueron desarrollados por científicos en laboratorios,
en lugares como Berkeley, no se confundan, son propiedad de las empresas.
Monsanto y DuPont son propietarias de alrededor de un 47% del suministro de
semillas en este país. El verdadero beneficio de los OGM para estas empresas es
la capacidad de controlar los recursos genéticos de los que depende la
humanidad. Es como poner un código de barras en cada planta. Uno puede
identificar cuáles son sus plantas en el campo, pero los agricultores son
obligados a firmar contratos que les prohíben guardar sus semillas y les
prohíben a los investigadores estudiar este tipo de semillas. Esta quizá sea mi
principal objeción a esta tecnología. No estoy seguro de que haya una amenaza a
la salud vinculada con los transgénicos. Creo que aún tenemos que investigar
más ese asunto. Pero de lo que sí estoy seguro es de que esto representa un
nuevo nivel de control empresarial del suministro de alimentos”.
La Propuesta 37
podría no ser aprobada debido a que estas “las mayores empresas de pesticidas y
de comida chatarra del mundo han gastado 40 millones de dólares en bombardear a
California en una campaña que se basa en engaños y mentiras. Sus publicidades
muestran una mentira tras otra y no son cuestionadas por los medios”. Las
campañas publicitarias son ingeniosas y están por todas partes. Sugieren que la
ley de etiquetado está mal redactada, que provocará más burocracia, aumentará
el costo de los alimentos y generará una lluvia de demandas sin sentido.
David Zilberman,
catedrático de agricultura de la Universidad de California, Berkeley, se opone
a la Propuesta 37, aunque, paradójicamente, sostiene un fuerte argumento a
favor de una amplia regulación sobre la seguridad de los alimentos: “Casi todos
los alimentos que consumimos están genéticamente modificados. Aunque los
etiquetáramos, hay pesticidas que son mucho peores que los alimentos
genéticamente modificados”. Quizá, al oponerse a la Propuesta 37, plantó la
semilla para la creación de un movimiento más amplio por la seguridad de los
alimentos que incluya también el etiquetado de los pesticidas.
California produce
gran parte de los alimentos que se consumen en Estados Unidos. Una ley de
etiquetado en dicho estado podría sentar un precedente para la seguridad
alimentaria de todos.
Denis Moynihan
colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2012 Amy Goodman
Texto en inglés
traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en
español,
0 Responses to "EEUU - ¿Etiquetar o no etiquetar a los alimentos transgénicos en California?"
Leave A Comment :