Perú - La selva se volvió a teñir de negro

Posted by Socialismo Revolucionario on miércoles, marzo 16, 2016

Un nuevo vertido de petróleo daña el patrimonio natural de la Amazonía después de que los habitantes de la zona alertasen del mal estado del oleoducto
 
 
http://elpais.com/ - 14/03/16.- La historia de los vertidos petroleros en el Amazonas se repite. Si la selva se tiñó de negro junto a la comunidad indígena de Cuninico hace un año y medio por el derrame del Oleoducto Norperuano, esta vez, hace nada, se ha producido otro en el kilómetro 441 de la misma tubería, en el distrito de Imaza, provincia de Bagua, en la región de Amazonas. Ocurrió el 25 de enero de 2016 a tres kilómetros del rio Chiriaco, junto a la comunidad de Chiriaco.

El presidente de la Organización Regional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Norte del Perú (Orpian), Edwin Montenegro, presentó la denuncia ante el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) y un escrito ante el Defensor del Pueblo pidiendo su intervención. Una semana después, el 4 de febrero, se produjo una nueva fisura de 55 centímetros en el kilómetro 206 del Oleoducto Norperuano, en el distrito de Morona, a 13 kilómetros de la comunidad nativa de Mayuriaga... Y vuelta a empezar...

El 9 de marzo, la OEFA inició un procedimiento administrativo sancionador contra Petroperú, responsable del oleoducto, por los últimos vertidos. En este caso la multa podría superar los 20 millones de euros. El organismo difundió el 13 de febrero un documento informando a la ciudadanía de las acciones que está tomando frente a los últimos vertidos, y anunciando que dictará orden de que el mantenimiento del oleoducto se haga real, efectivo e
inmediato. “En los tramos en los que el deterioro sea grave, se ordenará el reemplazo de la infraestructura correspondiente”. Habla de la situación de reincidencia, recordando el derrame de Cuninico y asegura: “Se ordenará a Petroperú ejecutar aceleradamente las acciones de remediación ambiental de las zonas afectadas por el derrame”.

En el caso del vertido de Cuninico, al contrario que en el anterior, se aplicó la polémica Ley 30230, cuyo artículo 19 dice que por seis meses se preferirán medidas correctivas y preventivas y no sancionadoras, librando a la empresa de una multa millonaria. Sólo habrá sanción económica, aún no fijada, si después de este plazo, la empresa no ha cumplido con el requerimiento de reestablecer las condiciones del área impactada a su estado natural.

Juan Carlos Ruiz Molleda, abogado y representante de los pueblos indígenas en sus pleitos contra la petrolera, se mostraba perplejo ante esta decisión, más aún después de escuchar las declaraciones en RPP noticias (minuto 13) de Manuel Pulgar Vidal, Ministro del Ambiente de Perú en las que reconoce que el Oleoducto Norperuano está obsoleto, que requiere una gran inversión y que “ha habido casos en los que la ausencia de mantenimiento ha generado el derrame de petróleo”.

La única sanción por el momento llegó el 18 de febrero del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin), que sancionó con tres millones de euros a Petroperú por incumplimiento del Programa de Adecuación de Ductos por un procedimiento sancionador administrativo anterior a la entrada en vigor de dicha ley. La empresa, preguntada por este periódico, no ha querido dar su versión de los hechos.

Contra la Ley 30230, aprobada en junio de 2014, varias organizaciones indígenas y de la sociedad civil presentaron una demanda de inconstitucionalidad avalada con más de 10.000 firmas. Esta norma permite al Estado entregar tierras indígenas a proyectos de inversión, ignorando los derechos de propiedad sobre las tierras de los nativos y reduce la facultad sancionadora de la OEFA y su presupuesto, debilitando así la institucionalidad ambiental. “Se trata de un conjunto de normas articuladas. El objetivo que ellas plantean es la eliminación de los supuestos sobrecostos sociales y ambientales. Desmantelan aspectos significativos del sistema de protección del medio ambiente, y dejan en la indefensión el derecho al territorio de los pueblos indígenas”, opina Ruiz Molleda.

La crecida esparció el vertido de petróleo por todo el rio hasta entrar en las calles de Cuninico.

Respecto al derrame de Cuninico, según la Resolución del consejo directivo del OEFA número 044-2015-OEFA/CD, publicada el 3 de noviembre en El Peruano, se declara la existencia de responsabilidad administrativa de la empresa Petroperú, SA por el Incumplimiento del Programa de Adecuación y Manejo Ambiental, por Incumplimiento del Plan de Contingencia al no detectar ni controlar a tiempo el derrame, y por generar daño real a la flora y fauna y daño potencial a la vida o salud humana.
En este informe se desestiman todas las alegaciones que presentó Petroperú. Se explica cómo el lugar donde se produjo la rotura podía llevar años descuidado, había perdido el elastómero que protege las juntas de soldadura y queda acreditado que la empresa no cumplió su propio Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA). Si se hubieran cumplido las revisiones, se habría detectado esa zona. En el punto 290 se observa que la aceleración del proceso corrosivo podría deberse tanto a un corte, como señala Petroperú, como a factores externos ambientales. En la última inspección con raspatubos inteligentes realizada en la zona de la rotura en 1999, 15 años antes del derrame, ya se detectaron anomalías por perdida de espesor en tres puntos cercanos al de la rotura (pgn. 565428 punto 290). A pesar de los resultados, nunca más se volvió a realizar una revisión de este tipo en este tramo ni se tomaron medidas correctivas posteriores. Las inspecciones externas, monitoreo de protección catódica, (protección anticorrosiva) realizadas ocho años antes del vertido, también daban resultados fuera de rango (pgn.  565431 punto 239). Las inspecciones visuales que Petroperú realizó en 2013 se centraron en otros aspectos pasando por alto ese tramo de tubería (pgn.565434 punto 256).

La resolución del OEFA dicta que no detectaron ni controlaron a tiempo el vertido. No se prestó atención a la caída brusca de presión en el bombeo, que incluso llegó a impedir que la motobomba de succión entrara en funcionamiento, pasaron siete horas y 20 minutos desde la alarma hasta que se paró el bombeo. Tampoco fue motivo suficiente para detectar la rotura las revisiones de la tubería efectuadas tras la anomalía y la diferencia de barriles que salieron de la Estación 1 de bombeo y el recibido en la número 5 (2.318 barriles durante las pruebas de bombeo del día 28). No fue hasta el día 29 a las 3.10 cuando se da la alerta de fuga de petróleo. El día 30 el Apu de Cuninico, Galo Vasquez, comunica a la empresa la presencia de trazas de petróleo crudo en las aguas del rio Cuninico. El 1 de julio, nueve días después, Petroperú detecta el lugar exacto de la rotura y al día siguiente coloca una grapa provisional para detener la fuga de petróleo.

Quedaron libremente esparcidos más de 2.300 barriles desde el día de la rotura hasta que pararon el bombeo de crudo.

Respecto a la responsabilidad por generar daño real a la flora y fauna y potencial a la vida o salud humana, el OEFA dictaminó que tras los años, el canal se convirtió en parte del ambiente al albergar agua, flora y fauna de los medios aledaños. Se pudo verificar que el canal se encontraba conectado al río en el momento de la rotura a través de un canal de descarga, compartiendo sus aguas. En los análisis efectuados se aprecia la existencia de contaminación en las aguas del canal de descarga y del rio Cuninico. También queda acreditado que existe población en la zona de influencia del oleoducto, al encontrarse la comunidad de Cuninico a 500 metros del canal de flotación y que se han detectado sustancias tóxicas en el agua y el suelo que pueden ser ingeridas por la población a través de los alimentos o en el desarrollo d sus actividades económicas.

Ha pasado un año y medio desde el vertido y los pobladores de Cuninico siguen sufriendo sus efectos. Para Galo Vásquez, apu (alcalde) de Cuninico, los problemas son los mismos y no se han resuelto, agua contaminada, casos de alergias entre los niños al lavarse con agua del Marañón y pescado con sabor a petróleo. Un desastre para la salud y la economía de la comunidad basada en la pesca. Con la nueva crecida de este año, el petróleo que quedó depositado por los químicos en el suelo, ha vuelto a aflorar y a esparcirse. El último envío de pescado a Yurimaguas fue devuelto por su mal estado. Los compradores han desaparecido porque recelan del pescado de la zona. Los pescadores de Cuninico han pasado de suministrar pescado, a tener que comprarlo para poder comer.