El Clima como determinante del Desarrollo de la Especie Humana
Posted by Socialismo Revolucionario on miércoles, marzo 23, 2016
LOS HIJOS DE MAFALDA

La vorágine social, que nos obliga a vivir como pajaritos, determina en la actualidad que nuestro quehacer cotidiano, individualista y desinformado, no nos permita percatarnos de la situación casi catastrófica en la que se encuentra el planeta, desde el punto de vista climatológico. Hoy los ciudadanos de nuestra nación vivimos, en gran mayoría, para trabajar, comer, dormir (y así reponer fuerzas para el trabajo), ver tele (para desconectarnos de la presión social y de sus exigencias) y enajenarnos con el celular y el computador. Todo lo anterior, con el fin de evitar hacernos responsables de lo que está ocurriendo en la política, la economía y el cambio climático, ya que muchos piensan y sienten que estos fenómenos no los afectan.
Sin embargo, pese a lo que piense o sienta el chileno, estos fenómenos, tanto sociales como climáticos, están presentes y se desarrollan permanentemente. Esta realidad, que se produce fuera de nosotros, finalmente nos termina alcanzando, aunque no lo queramos, y es así como el cambio climático ya no es una posibilidad futura, pues se ha transformado en un hecho que hemos comenzado a vivir actualmente, tengamos o no conciencia de él. Tanto es así, que en el presente año muchos de nuestros compatriotas, que tomaron la decisión de irse a vacacionar en las playas de nuestro país, tuvieron que regresar a sus ciudades, y las personas con más recursos cambiaron la playa por el campo, ríos y lagos, pues las marejadas no permitían que los bañistas pudieran entrar al agua, por el peligro que éstas significaban.
La gran mayoría de la población no sabe que el clima fue un factor determinante para el desarrollo de la especie humana, además de haber sido el catalizador que obligó al homo sapiens a migrar de su tierra natal, África, y de esta forma colonizar el planeta. Los que efectivamente tienen plena conciencia de que el factor climático es un hecho determinante para nuestra existencia, son los antropólogos, paleontólogos e historiadores, además de los científicos vinculados a esta área del conocimiento. Ellos, como estudiosos, pueden explicar de mejor forma esta situación.
Lo que a nosotros, Los Hijos de Mafalda, nos interesa destacar de este fenómeno climático, el calentamiento global, no es advertir de su llegada, sino todo lo contrario, demostrar con ejemplos reales y concretos que aquel llegó para quedarse y acrecentarse sistemáticamente, y al mismo tiempo denunciar cómo el aparato político electo, para proteger supuestamente los intereses de nuestro pueblo, no alza la voz contra este grave problema, al estar al completo servicio de los intereses de los grandes grupos empresariales, que no dudan en seguir depredando los recursos naturales, con la promesa de que dicha explotación, en algún momento, se transformará en desarrollo, que beneficiará a nuestro pueblo. Además, nos interesa demostrar cómo la prensa, que debería ser la encargada de hacer público estos hechos, se ha dedicado a esconder este fenómeno, con el objetivo de proteger los intereses de la clase gobernante, el empresariado.
La Prensa y el Cambio Climático

Frente a lo expuesto, nos nace la siguiente pregunta ¿Por qué ocurre esto en nuestro país? Una respuesta básica sería que, en Chile, la ganancia de las empresas es más importante que la salud y la vida de la población, y por este motivo en nuestra nación no se ha cambiado la matriz energética en los últimos 300 años, ya que seguimos produciendo energía a base de carbón y la combustión de materiales fósiles, que producen grandes cantidades de CO2, partículas que, fuera de afectar la salud de la población, son las causantes del efecto invernadero, traducido en el aumento de la temperatura del planeta. La situación es más grave aún, ya que actualmente en nuestro país están en operación 16 termoeléctricas y permanecen 11 proyectos de nuevas plantas en espera de su construcción. Finalmente, el 63%[2] de toda la energía que se produce en nuestro país es energía contaminante. Este modelo de producción energética ya nos está matando, y si no lo transformamos rápidamente, nos llevará directamente a la extinción.
Para ser justos, no podemos negar que en la última semana, los medios de comunicación nacionales han estado transmitiendo profusamente la catástrofe ecológica que está viviendo la industria del salmón, la que se ha visto afectada por “la proliferación de micro-algas en el sur de Chile -influenciada por el fenómeno el Niño- provocó la muerte a 24,000 toneladas de salmón, informó este miércoles el Gobierno tras activar un plan de contingencia para frenar millonarias pérdidas de esta industria[3]”. Pero el hecho de la publicidad de este hecho, en ningún caso tiene que ver con las causas del fenómeno, todo lo contrario, ya que esta información busca, por un lado, generar la sensación social que permita al Estado salir nuevamente al rescate de estas empresas, por medio de subsidios económicos, y en segundo lugar, establecer que el despido de más de 30 mil trabajadores es absolutamente justificado y necesario, y por lo tanto, la prensa nacional, radial, televisiva y escrita, como se puede observar, está al servicio exclusivo de los grandes grupos económicos nacionales e internacionales. La prensa nacional, finalmente, sólo ha expuesto que la proliferación de estas micro-algas se debe al fenómeno del Niño, que no es más que un proceso de calentamiento desmedido de la corriente de Humboldt, una masa de agua fría que recorre las costas de América del Sur, la que está siendo calentada por la expansión de la corriente australiana, agravada finalmente por el alza de temperatura global.
En este mismo marco, la prensa nacional ha ocultado la muerte masiva de delfines y toninas, hecho que se ha producido en las costas australes chilenas, o los miles de calamares gigantes o jibias (Dosidicus gigas) que han muerto durante los últimos días en el litoral de la isla de Santa María, situada frente a las costas de la provincia de Arauco[4], calamares gigantes o jibias que suman unos 10.000 cadáveres en total. La negación de la catástrofe climática por los medios de comunicación de masas, ha ocultado, por ejemplo, que “cerca de 400 cadáveres de ballenas han sido localizados en los últimos meses en las costas del sur de Chile, en lo que podría ser uno de los episodios de varamiento y muerte masiva de cetáceos más importantes de las últimas décadas en todo el mundo. El caso presenta una gravedad especial ante la posibilidad de que la mayor parte de estas muertes hayan sido mantenidas en secreto, durante cinco meses, por un grupo de científicos, después de llegar a un supuesto acuerdo de confidencialidad con National Geographic, entidad que habría financiado la investigación. Los primeros cuerpos sin vida de Balaenoptera borealis (conocida como ballena sei o rorcual norteño) fueron localizados el pasado mes de abril por un equipo de científicos liderado por Vreni Haüssermann, directora científica de la Estación Huinay, centro adscrito a la Universidad Católica de Valparaíso (Chile) en el golfo de Penas, a unos 2.000 kilómetros al sur de Santiago de Chile[5]”.
Como consecuencia del calentamiento global, se está produciendo una disminución sistemática de los cuerpos glaciales, los que se quiebran dando origen a grandes macizos de hielo, que navegan por los mares. Es así como en la Antártida chilena “un gigantesco iceberg, de unos 97 kilómetros, bloqueó el acceso de los pingüinos Adelaida a su lugar habitual de comida en la bahía de Commonwealth en la Antártica, causando la muerte de unos 150.000 ejemplares[6]”. Casos como este se están produciendo a nivel mundial, y a pesar de ello, las autoridades políticas no asumen una conducta destinada a evitar que el calentamiento global siga en aumento.
El aumento de la temperatura del mar en las costas chilenas, más el proceso de depredación del mismo, por parte de las grandes empresas, están llevando a la extinción de algunas especies. Es así como hoy en las costas nacionales ya casi no se encuentran las famosas pulgas de mar, machas y almejas, y la pescada está a punto de entrar en estado crítico de reproducción, que determinará su extinción. Podemos seguir enumerando hechos concretos que están afectando a la fauna y flora marina, pero sólo enunciamos las que podemos comprobar directamente, cuando visitamos nuestras costas o cuando vamos a la feria a comprar pescado.

La crisis climatológica producida por el calentamiento global está produciendo deshielos, los que han aumentado el nivel del mar paulatinamente, además de producir un alto nivel de desalinización del agua. Este fenómeno ha ocasionado las famosas marejadas, que han estado afectando al litoral chileno, hecho que efectivamente se ha transformado en noticia, ya que ha perjudicado a múltiples instalaciones costeras, las que han sido destruidas o dañadas por efecto de las mismas. Por otro lado, y como ya lo mencionamos, en el verano de este año (2016), las marejadas afectaron las vacaciones de los turistas nacionales y extranjeros, quienes no pudieron disfrutar del baño. Las famosas marejadas no deben ser consideradas como un hecho marginal o casuístico, sino todo lo contrario, son un fenómeno que se transformará en un hecho recurrente y permanente, que seguirá en aumento, producto de los deshielos de los polos. De esta forma, se producirá una catástrofe económica que afectará directamente a todas las personas que viven en las zonas costeras, y que tienen al mar como como fuente de ingreso.
Las marejadas no sólo están afectando a la población costera y a los bañistas. Este fenómeno climático ha comenzado a afectar, por lo menos en Chile, el comercio vía marítima, ya que cuando éstas se producen, los barcos que transportan tanto nuestras exportaciones como importaciones no pueden recalar en los puertos, producto del peligro asociado. Esto quiere decir que nuestra economía se verá seriamente afectada, ya que somos un país que vive de la exportación de materias primas vía marítima.
Pero las criaturas marinas no son las únicas afectadas por el desastre climático, también lo son animales e insectos, entre las que se encuentran las abejas, que están en franco proceso de extinción en nuestro país, hecho que fue expuesto en un artículo anterior titulado “El fin de las abejas”[8], publicado en septiembre del 2014, el cual pueden descargar de nuestra página web.
Todo lo expuesto puede ser muy lejano para la población en general, ya que la muerte de pingüinos, delfines, ballenas, calamares, pulgas de mar, machas, almejas y abejas, son hechos que al parecer no nos afectan tan directamente, pues seguimos viviendo sin mayores complicaciones y problemas. Pero existe una consecuencia directa del calentamiento global que, a pesar que lo vivimos y sufrimos, lo disociamos de este fenómeno, cual es el aumento de las lluvias.

Con lo expuesto queremos dejar claramente establecido, que una de las consecuencias directas del calentamiento global, es el aumento de las lluvias, situación derivada en inundaciones, aluviones y aumento del caudal de ríos, que por su naturaleza y por la falta de previsión, destruirán todo lo que encuentren a su paso, con la consiguiente pérdida de vías humanas.
Como lo expone el título del presente artículo, el clima planetario es determinante para el proceso de desarrollo de nuestra especie, pues determina en qué terreno podemos habitar, la posibilidad del desarrollo de la agricultura y la ganadería, así como también del acceso al agua dulce para consumo humano y animal. Así lo ha demostrado la historia, y en consecuencia, si no asumimos la responsabilidad de cambiar el modelo político y económico que determina la sobre explotación del planeta, que se traduce en calentamiento global, estaremos condenados a la extinción como especie, ya que no debemos olvidar que nuestro planeta es sólo una isla en este gran universo, y que el planeta donde se pretende establecer asentamientos humanos futuros, Marte, no podrá generar las condiciones para sostener la vida de más de 6 mil millones de humanos.
Finalmente, debemos dejar claramente establecido, que no basta con defender la vida de las ballenas, los delfines, pingüinos, focas y abejas, ya que todas esas son luchas particulares, y cada una de estas especies no está en peligro de extinción por la existencia de algo o alguien en particular que las esté matando. Todo lo contrario, es la intervención del ser humano la causa de este conflicto planetario, quien bajo un sistema de producción y consumo masivo, expresado en la sobre explotación de los recursos naturales, con la finalidad de generar riquezas para los grandes empresarios del planeta, termina afectando el equilibrio ecológico de nuestro planeta. Para terminar, y aunque a muchos no les guste, lo que debemos hacer para transformar esta situación, es destruir el modelo capitalista y neoliberal de producción, o sea, cambiar de ideología de desarrollo, para construir el socialismo a nivel planetario, de otra forma, la especie humana está condenada a la miseria y finalmente a la extinción.
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