Chile - La banalización de la tragedia del norte por los medios de comunicación

Cada día se vuelve más superficial la cobertura mediática sobre la tragedia en el norte. Peleando codo a codo por el “rating”, los noticieros, matinales y hasta programas de farándula han desplegado una tremenda cobertura sobre el aluvión del norte y sus consecuencias.

Siempre en busca de la imagen más “fuerte” o la primicia, los primeros días al menos llegaban antes que autoridades y rescatistas, y permitían ver y denunciar la situación de lugares aislados y sus necesidades. Pero a medida que fueron pasando los días y aumentaba la cobertura acudieron a otros recursos para mantener el “impacto”.

Primero lo de siempre: cuñas a “víctimas” de la tragedia, madres llorando su pérdida, pobladores que perdieron sus casas, familias que se reencontraban. Ya lo sabemos, mientras mayor intensidad dramática mejor. Luego se sumaron los “rostros” televisivos: Luis Jara, Katherine Salosny, Consuelo Saavedra…in situ, en terreno, enterradas en el barro “codo a codo” con el sufrimiento de “la gente”.

Luego comenzó la etapa de la banalización: LUN saca en portada las “7 historia truchas en las redes sociales” y todos los medios se suman al “debate” sobre el “mal uso” de las redes sociales en estas tragedias. Hoy en la mañana el tema era la polémica por la ayuda entregada por el empresario Farkas a personas damnificadas.

La periodista del matinal de Chilevisión consideraba “insólito” que se criticara a Farkas por entregar ayuda con tanta cobertura mediática, un canal vecino se enfocaba en “cómo había hecho su fortuna” el empresario y su particular personalidad, analizando en detalle su biografía. Otro canal buscaba cruzar en cámaras al alcalde de Copiapó con el empresario para “aclarar” los hechos en torno a la ayuda entrega por Farkas y canalizada por el municipio copiapino.

Desde ya muchas veces la cobertura de los medios aporta, denuncia, evidencia situaciones, como el encierro de las temporeras de la empresa frutícola de Ruiz Tagle; o la negligencia del actuar de las autoridades y organismos estatales; o la maquinaria que limpiaba la casa del alcalde de Copiapó mientras a pocas cuadras pobladores estaban con el lodo hasta el cuello en sus casas. Pero desgraciadamente estas denuncias sólo son una décima parte de la cobertura “espectáculo” de los medios de comunicación.

El problema sigue siendo de fondo y sigue estando ahí: el monopolio privado de los medios, el objetivo de lucro y mercado que los mueve, la necesidad de rating por sobre la información veraz y precisa, lo antidemocrático de su acceso para las organizaciones sociales, pobladores y pobladoras, la clase trabajadora, los grupos de diversidad sexual.

Cual dioses del olimpo, los grandes medios siguen diciendo lo que quieren y convirtiendo esta verdadera tragedia en un cúmulo de imágenes impactantes que conmueven, pero que, como sabemos, cuando se apaguen las cámaras, se vayan los “rostros”, y ya no sean noticia, seguirá siendo una tragedia cotidiana para quienes deben lidiar a diario con el Chile de la desigualdad.

Como inmensa lucidez, Camilo Córdova de Copiapó respondió en una carta a The Clinic la portada de LUN sobre las “7 historia truchas”, señalando: “Las historias truchas salen a causa de ustedes mismos, mal llamados medios de información. La desinformación es mucha, los desaparecidos y muertos siguen siendo un misterio para el gobierno (no diré nada más del gobierno), se especula con el agua, con la comida, con las vacunas. ¿Esa no es pega de Uds? ¿Informarnos?” Nada más que agregar.