Chile - La Muerte Gris de Chañaral

Posted by Socialismo Revolucionario on viernes, octubre 25, 2013

LA HISTORIA DE UN DESASTRE AMBIENTAL DE PROPORCIÓN PLANETARIA

La historia jamás contada

El origen de este desastre ambiental se remonta a 1938, cuando colmados los embalses terrestres que almacenaban los relaves de Potrerillos, se procedió en forma brutal a vaciar ese caudal al mar, utilizando para ello el cauce del Río Salado, un pequeño hilo de aguas naturales. Esta barbaridad se mantuvo inalterable hasta el agotamiento del mineral de Potrerillos y fue adoptado como norma de inmediato por la mina El Salvador que vino a sustituir a la primera. 


Bahía de Chañaral en el año 1919
Estos desechos industriales (relaves mineros) son básicamente una mezcla de aguas servidas del proceso minero metalúrgico y que contienen además alrededor de un 40% de elementos sólidos en forma de finísimas arenas. Estas últimas son los residuos minerales propiamente tal. Las aguas naturales que se captan en la cordillera, son conducidas hasta la Planta concentradora de División Salvador de CODELCO CHILE. Allí se mezclan con el mineral finamente molido cuya Ley de cobre es del orden del 1% actualmente.

Así en el curso de 52 años fueron arrojados al mar en la zona litoral de Chañaral, más de 320 millones de toneladas de sólidos residuales mineros y unos 850 millones de toneladas de aguas servidas del proceso industrial de la Gran Minería del Cobre.

La acción de vaciar al mar diariamente 85.000 toneladas por día de aguas servidas del proceso minero-metalúrgico, conteniendo en ella gran cantidad de agentes químicos polucionantes, equivale a arrojar la carga de un camión aljibe de 10.000 litros cada 10 segundos sobre el ecosistema marino.

Y todo lo anterior con el agravante de hacerlo 60 minutos por hora… 24 horas por día… 365 días por año… y por espacio de 52 años. El impacto sobre el medio evidentemente no podría ser más brutal.

Como dato más ilustrativo: Si todos esos camiones que en 52 años vaciaron su carga contaminante al mar pudieran ser puesto en una sola larga fila, el uno pegado tras el otro, la longitud de la hilera seria tal que daría 23,95 veces la vuelta a la Tierra por el circulo ecuatorial. 


Bahía de Chañaral en la actualidad, su impacto ambiental físico es evidente.
Este enorme impacto a la naturaleza que generó el acto de vaciar estos relaves se expresa en dos tipos de efectos principales: los Físicos y los Químicos. El primero ha sido ópticamente espectacular y tremendamente letal, el segundo aunque invisible y silencioso, todavía más letal que el primero.

A la pregunta, ¿Existe una evaluación que dimensione este impacto? Evidentemente que sí. Hasta 1987 se habían escrito más de 3.000 páginas de estudios técnicos y científicos sobre el caso y de los cuales surgen claras las conclusiones.

Las autorías de tales trabajos corresponden todas a solventes entidades y profesionales de alta especialización en este campo. Entre ellas, el Instituto de Fomento Pesquero de Chile IFOP; El Doctor en Ciencias Biológicas Juan Carlos Castilla; la Universidad del Norte; El Laboratorio Nacional de Hidráulica de Francia; el prestigiado investigador Eduardo Nealler; El Ingeniero Civil en Minas, experto en Ecología Minera Rolf Bencke; El Instituto Hidrográfico de la Armada de Chile; la especialista en Cultivos Marinos Erika Fonck; el Centro de Investigaciones Submarinas de la Universidad del Norte Sede Coquimbo; el Ingeniero Civil experto en Obras Portuarias Hernán Rubio Méndez; El Geógrafo Luis Corniquell; el ex Capitán del Puerto de Chañaral y experto Buzo, Oficial de la Armada Rodrigo García Bernal; la Empresa especializada GEOTÉCNICA CONSULTORES; La Empresa especializada M.N Nenadovic Ingenieros; y la propia Gerencia Técnica de CODELCO-CHILE, entre otras.

Tantas y tan solventes autorías terminaron por concluir fundamentalmente, que se estaba en presencia de un impacto contaminante de gigantescas dimensiones y cuyos más graves efectos se concentraban en la contaminación ambiental, la devastación de la naturaleza, la destrucción de los recursos de desarrollo de una comunidad y sus habitantes, la destrucción y limitación de infraestructuras y capacidades portuarias, el envenenamiento de la cadena alimentaria del Hombre, el daño a la salud de las personas y el deterioro de la propiedad pública y privada.

Chañaral y una vasta zona litoral es hoy un dramático cementerio de la naturaleza, trágico monumento para remecer las conciencias y señalarnos con tremenda claridad lo que nunca debió ni debe hacerse. (2).

El desastre ecológico de trascendencia mundial

La situación de la Bahía de Chañaral ha sido citado en foros internacionales como "el más brutal ejemplo de lo que nunca debiera hacerse". Millones de toneladas de relaves de cobre arrojadas al litoral de la zona durante casi 52 años embancaron la bahía. El mar se retiró alrededor de dos kilómetros al interior de su ribera natural, haciendo desaparecer la antigua infraestructura portuaria de Chañaral. Lo que existe hoy es una desolada playa artificial, sin vida, que se extiende en línea recta a lo largo de seis kilómetros. Las arenas blancas, con extrañas vetas de color verdoso, no son otra cosa que residuo mineral y químico con connotación corrosiva, reactiva y toxica. La gran minería, ayer transnacional como lo fue Andes Copper Minning Company, hoy estatal como lo es CODELCO CHILE, utilizaron la bahía, y bajo las propias narices de sus habitantes la convirtieron en un verdadero Tranque Natural de Relaves.

De todos los casos relativos a contaminación del mar que han sido evaluados en los últimos años en el mundo, pocos y tal vez ninguno alcanza la brutal dimensión que nace del acto de vaciar los relaves mineros de Potrerillos y El Salvador en las aguas del Pacifico. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), “esta es una de las zonas más seriamente contaminadas del planeta, y en forma concreta, del océano Pacífico”.

La muerte de la bahía sumergió a Chañaral en una agonía persistente. No sólo se acabaron las actividades portuarias, sino que menoscabó la actividad pesquera y turística, y lo que es peor, sus habitantes están expuestos a constantes nubes de polvo contaminado que el viento costero levanta sobre la ciudad. Como consecuencia, hay una alta incidencia de tumores cancerígenos, y variadas enfermedades respiratorias, a la piel y los ojos. 


Un enorme deposito de Relaves Mineros bajo las narices de toda una comunidad.
Pero, ¿Qué es en términos prácticos contaminar el mar? La definición nos la da la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, acto suscrito en Diciembre de 1982 por 113 naciones del planeta, entre ellas Chile y que textualmente dice: “Contaminar el mar es la introducción por el hombre, directa o indirectamente, de sustancias o energías en el Medio Marino incluidos los estuarios, cuando éstas produzcan o puedan producir efectos nocivos tales como daño a los recursos vivos; peligro para la salud humana; obstaculización de las actividades marítimas incluida la pesca y otros usos legítimos del mar; deterioro de la calidad del agua del mar; o menoscabo de los lugares de esparcimiento”.

En el caso de Chañaral se han dado de manera simultánea los cinco agravantes de la calificación.
¿Cómo era la zona antes de este brutal atentado a la vida?



Fotografía del año 1916 muestra el Muelle de Chañaral.

Asimismo cabe preguntarse ¿Y que era como naturaleza Chañaral antes de todo esto? La respuesta nos la da entre otros el conocido investigador Rafael Elizzalde Mac-Clure quien en su obra “La Sobrevivencia en Chile”, escribe: “La Bahía de Chañaral era un fantástico paraíso de la pesca y los mariscos antes que se estableciera la empresa Andes Copper. Probablemente en ningún otro punto del país había bancos más grandes de machas, tacas, erizos, ostiones, locos y choros de gran tamaño y en tan abundante numero. Era tal la abundancia que peces y moluscos se varaban en las playas con cualquier braveza de mar. Tras seguir entregando otras descripciones de entonces, el autor de esta obra patrocinada por el Ministerio de Agricultura, agregaba como epitafio: “Sin embargo, al empezar a vaciarse al mar los relaves de Potrerillos con aguas cargadas de sustancias toxicas, en poco tiempo el paraíso de Chañaral se trocó en un gigantesco cementerio de toda vida”. 


Fotografía del año 2006 muestra el mismo Muelle, hoy embancado por relaves mineros.
Estas excepcionales características de la naturaleza que relata Elizzalde Mac-Clure, tienen un probado origen científico, tal como lo afirman los investigadores Robles, Alarcón y Ulloa en el informe de 1974 del instituto de Fomento Pesquero de Chile IFOP cuando escriben: “La zona de Chañaral y sus alrededores poseía características únicas de productividad, debido a que el flujo de la corriente sub-antártica de Humboldt presenta una excepcional zona de sugerencia a partir del norte de Caldera, emergiendo desde una profundidad de unos 100 metros hasta alcanzar la superficie. Este fenómeno arrastra consigo una gran cantidad de nutrientes orgánicos que conforman el fertilizante natural del fitoplancton, el que en medio de este ambiente así de nutritivo se multiplicaba enormemente, permitiendo mantener las grandes poblaciones de la cadena alimentaria que de él son dependientes, desde el zooplancton a los grandes peces”.

Otro de tantos testimonios probados lo manifestaba Rolf Bencke relatando el resultado de sus investigaciones de los años 1975 y 1976 define textual que “La playa de Chañaral es una playa biológicamente muerta” y agrega:”De los ocho trayectos realizados en la búsqueda de algún tipo de manifestación de vida, no ha sido posible capturar ni un solo organismo viviente, pese a que para esta tarea se utilizaron mallas dobles que permiten atrapar incluso, ejemplares menores de un milímetro”.

Bien vale la pena señalar que entre la visión recogida por Elizzalde Mac-Clure y las experiencias de Bencke, habían transcurrido más de 30 años que fueron testigos del paso de millones de toneladas de relaves hacia su destino final, el mar. 


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