Un mundo sin abejas

Posted by Socialismo Revolucionario on viernes, agosto 09, 2013

Un mundo sin abejas


Saltaron todas las alarmas. Colonias enteras de abejas se desvanecen sin dejar rastros.
En un mundo sin ellas, muchos de nuestros alimentos desaparecerían, y con ellos, nuestra forma de vida. Los expertos estudian cuáles son las causas que ponen su existencia en real peligro.
En el 2008, los investigadores descubrieron que una tercera parte de los apicultores del mundo estaban sufriendo pérdidas desastrosas. Pero, desde aquel año, las desapariciones permanente de abejas no se detiene. Es un fenómeno global. En el presente año se han perdido en Inglaterra el doble de colmenas que el año anterior. Y en todo el planeta, antes de 1994 había una desaparición anual de entre el 5 y el 7 %. A partir de esa fecha la cifra alcanzó al 42 % de pérdidas y las pérdidas económicas se contabilizan en más de 89 millones de dólares. El valor extendido y multiplicado de los resultados de la polinización se eleva a más de 2.000 millones de dólares. Pero, los daños a la salud son vitales. 
Las abejas polinizan una enorme variedad de flores. Cada miembro del panal es un milagro de ingeniería biológica: tienen sensores de temperatura, de dióxido de carbono y de oxígeno, y su cuerpo está diseñado para cargarse de electricidad estática. Cuando las abejas recolectan el alimento en las flores, los granos de polen los trasladan de flor en flor y de esa manera fertilizan todo lo verde. El resultado es una semilla y un fruto. Una enorme reproducción de hortalizas, verduras, arroz, trigo, cebada e infinidad de plantas que el ser humano utiliza para su vida. La polinización permite que tengamos almendras, melones, cerezas, ciruelas, manzanas, peras, alfalfa, trébol, pepinos, calabazas, berenjenas, frutillas, tomates, espárragos, girasol, lino, lagodón, vid, etc. 
Las abejas intervienen en uno de cada tres bocados que nos llevamos a la boca. Pero en un mundo sin abejas, una gran parte de las frutas y vegetales desaparecerían de las estanterías de los supermercados.

Hasta el momento se encuentra un culpable principal de la desaparición sin fin de estas amigas del ser humano: los nuevos plaguicidas e insecticidas cada vez más letales que alteran el comportamiento y el sistema nervioso de las abejas que hacen que se desorienten y no encuentren el camino de vuelta hacia la colmena.
También los pesticidas hacen a las abejas más susceptibles al contagio de patógenos y diversos virus, mientras que la reproducción del ácaro Varroa es capaz de destrozar una colmena entera. Para evitarlo, los apicultores suelen rociar las colmenas con sustancias antiparasitarias para combatir la población de ácaros. Pero es como añadir gasolina a un incendio devastador.

  Las abejas existen desde hace millones de años.   En los últimos 20 años están desapareciendo  .