Posted by Socialismo Revolucionario on sábado, diciembre 01, 2012

Luego de que Australia anunciara la creación de la mayor área marina protegida del mundo, del tamaño de Europa del Este, científicos vuelcan su mirada a esta opción para preservar la biodiversidad marina amenazada por el cambio climático.
por Ricardo Acevedo
ES EL ARRECIFE de coral más grande del mundo y fue descubierto en 1770 por el capitán James Cook. Albergando una biodiversidad única que incluye a 45 de las 78 especies de delfines que existen en el mundo y a seis de las siete especies de grandes tortugas que habitan en los mares, la Gran Barrera de Coral, ubicada en las costas de Australia, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981.
Pero eso no impidió que, según varios estudios, durante los últimos 27 años la cobertura de este paradisíaco ecosistema submarino, que incluye 247 diferentes tipos de arrecifes, declinara a la mitad. Problemas como el calentamiento global, la mayor fuerza de los ciclones tropicales, la pesca comercial y la explotación de recursos naturales están desencadenando una pérdida de 3,4% de superficie por año, según indican las investigaciones.
Ahora, el gobierno australiano anunció el mayor esfuerzo tendente a la protección de este ecosistema marino a través de la creación de la mayor red de reservas marinas: 3,1 millones de kilómetros cuadrados, una área equivalente a la superficie de toda Europa del Este, donde serán restringidas actividades comerciales, como la pesca comercial y la explotación de petróleo. En total, un tercio de las aguas territoriales australianas quedará protegido gracias a esta iniciativa del Ministerio de Sustentabilidad y Medioambiente australiano.
La red de parques contempla seis zonas interconectadas que circundan toda la costa australiana, elevando el total de reservas marinas que existen en ese país desde las actuales 27 a 60. No sólo representa el mayor esfuerzo a la fecha encaminado a la protección de valiosos ecosistemas marinos, sino que es un ejemplo para que países con extensas costas como Chile puedan seguir el modelo. Interconectando, por ejemplo, reservas marinas como Rinconadam, en la Región de Antofagasta, y áreas costeras protegidas como el parque marino Francisco Coloane, en el Estrecho de Magallanes.
Respuesta de la industria
La iniciativa, anunciada en junio de este año, fue aprobada recientemente por el parlamento australiano pese a la férrea oposición de la multimillonaria industria pesquera, que recibirá una compensación de 100 millones de dólares según contempla el acuerdo. La industria ha señalado que el monto compensatorio es insuficiente y acusa que la aprobación de esta iniciativa es un triunfo del populismo “verde”, que carece de estudios científicos serios que justifiquen su creación.
El principal argumento en contra es que las más de 36.000 personas que viven de los recursos marinos en las áreas que ahora se quieren proteger, deberán enfrentar la cesantía como resultado de las restricciones que impone la creación de esta mega reserva. Uno de los más afectados sería el sector de la acuicultura, industria que genera ganancias anuales cercanas a los US$ 2 mil millones.
Pero lo cierto es que recientes estudios señalan que la Gran Barrera de Coral está en peligro debido al calentamiento global que afecta al planeta, a lo que se suma la amenaza de las actividades comerciales en su entorno. Según el estudio, publicado en octubre en la prestigiosa revista científica Proceedings, el análisis de 214 diferentes corales en el arrecife demuestra una disminución estimada en 50% desde 1985 a la fecha. La situación es preocupante, ya que hasta hace una década este ecosistema era considerado uno de los más prístinos del mundo.
A esta investigación se suma un informe de Naciones Unidas a comienzos de año que señalaba que debido a la actividad industrial la Gran Barrera de Coral debería ser considerada como “patrimonio mundial en peligro” el próximo año, de no mediar acciones concretas para proteger sus ecosistemas.¿Pero son los parques marinos una alternativa real para proteger la biodiversidad?
Areas costeras en Chile
Chile tiene algunos ejemplos para responder esta pregunta. En un libro publicado este año sobre la ballena jorobada en el Estrecho de Magallanes, que rescata las experiencias de tres científicos que trabajaron en el Parque Francisco Coloane (la primera área marina y costera protegida del país), se explica cómo gracias a esta iniciativa se pudo lograr que un grupo de estas ballenas no viajara hasta la Antártica para alimentarse, optando por permanecer en la zona. Y eso, a la vez, permitió que esta especie pudiera ser estudiada en más detalle. “Hemos identificado cerca de 150 individuos y estamos tomando biopsias para realizar estudios genéticos”, explica el científico de Inach Anelio Aguayo, autor del libro.
Además del Parque Coloane, bajo protección desde 2003, en Chile existen otras dos reservas similares: Punta Morro en la Región de Atacama (2004) y Lafken Mapu Lahual, Región de los Lagos (2005). A estos se suman la Reserva Marina Rinconada, creada en 1997, y el Parque Marino Salas y Gómez, declarado bajo protección por el gobierno en octubre de 2010. Pero la posibilidad de que estas zonas estén conectadas, como en el caso australiano, aún es lejana.
Según explica Anelio Aguayo, el principal problema para la creación en Chile de un sistema de reservas interconectadas es que las reservas marinas dependen de diversas entidades, como la Subsecretaría de Pesca, el Ministerio de Bienes Nacionales y el de Agricultura. “Se necesita que el Congreso apruebe la estructura para que estén todas en manos del Ministerio de Medio Ambiente”, dice. Sólo así, agrega, se podrá cumplir la meta que se había propuesto: contar con el 10% de nuestros recursos marinos costeros protegidos en 2012. Hoy nuestro país cuenta sólo con el 4,4% de sus áreas costeras protegidas.